A pesar de que el olfato es el menos desarrollado del ser humano, es, sin embargo, el más sensible de nuestros sentidos. Cualquier mínima materia puede despertar nuestras células olfativas.
Y utilizamos muchas frases en relación a él: “tener olfato para los negocios”, “una situación nos huele mal”, etc. Como si a través de él nos adelantáramos a las situaciones, analizando lo grato o lo desagradable que se respira en nuestro entorno más próximo. La nariz es un captador sutil de lo que nos rodea y, es por ello que cualquier síntoma a este nivel: rinitis, alergia, anosmia, etc. estará en relación con dicha percepción.
Incluso nuestro olor corporal influye en la relación que los otros tienen de nosotros, los cuales captan, sin saberlo, nuestro estado de ánimo.(un sudor muy fuerte nos habla de vesícula biliar y, por tanto, de agresividad contenida).
Como siempre, la Homeopatía no tratará sólo los síntomas sino esa energía de ansiedad o miedo que se desprende de esta alergia, congestión, perversión delos olores, etc.