La Homeopatía, al igual que el ser humano global, abarca la totalidad de dicho ser en sus relaciones íntimas entre lo físico y lo psíquico,, y da la respuesta infinitesimal a las manifestaciones psicosomáticas del individuo, encerrado en un cuerpo que se erige como el comunicador entre su mundo exterior y el mundo interior que le grita las respuestas.
Paracelso consideraba que el entorno es un espejo de la situación del paciente, lo mismo que éste lo es en los síntomas de su cuerpo.
Así pues, la enfermedad no es más que el lenguaje de dicho interior, que aflora a la luz a través de una serie de comportamientos y síntomas, que debemos descodificar para poder encontrar una integridad que haga más óptima nuestra vida.