La enfermedad renal crónica (ERC) se caracteriza por una disminución significativa y progresiva de la función de los riñones, unos órganos que son cruciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. De ellos depende el filtro y la limpieza de la sangre, la eliminación del exceso de líquido y toxinas de la orina, el control de la presión arterial o la regulación de la actividad sexual, entre otros.
Según la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón actualmente cerca de un 10% de la población de nuestro país padece ERC, sin embargo es una enfermedad infradiagnosticada, pese a los trastornos que acarrea.
Aunque existen tratamientos específicos para el abordaje de los trastornos relacionados con el riñón, lo cierto es que la homeopatía es eficaz también en estos casos ya que puede combinarse con otras medicaciones. Tiene su utilidad tanto en cólicos nefríticos de repetición como en infecciones urinarias recurrentes.
En general, los medicamentos homeopáticos se emplean para abordar un amplio abanico de patologías diferentes, como tratamiento exclusivo o complementario, pero siempre en función de las peculiaridades de cada enfermo.
El abordaje homeopático tiene muy en cuenta la individualización del paciente. Además de valorar las circunstancias físicas de su afección, es decir, los síntomas, analiza los aspectos las emocionales o vitales, que muchas veces resultan determinantes en el desarrollo del trastorno. En definitiva, es una terapéutica personalizada que tiene especial cuidado en las patologías crónicas como ocurre con muchas enfermedades renales.
La homeopatía se puede usar también como medicina preventiva y además carece de efectos secundarios como lo demuestra la experiencia clínica de más de 200 años. Se pueden administrar a todo tipo de pacientes como niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia o personas polimedicadas.
En el caso de la enfermedad renal crónica, como toda patología duradera en el tiempo, se tiene que hacer un control y seguimiento por parte del médico. Éste es que el debe determinar qué medicamentos homeopáticos son más adecuados para abordar el trastorno renal de cada individuo.