El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio que se caracteriza, entre otras cosas, por vías aéreas hiper-reactivas con un incremento en la respuesta broncoconstrictora del árbol bronquial.
Las vías aéreas más finas disminuyen de calibre por contraerse su musculatura lisa o por ensanchamiento de su mucosa al inflamarse y producir mucosidad.
Ese estrechamiento causa obstrucción y dificultad para que pase el aire. Este fenómeno es reversible, a diferencia de la bronquitis crónica donde hay escasa reversibilidad.
Cuando los síntomas del asma empeoran, llega la crisis de asma. Suelen ser crisis respiratorias de corta duración, aunque puede haber períodos con ataques asmáticos diarios que persisten varias semanas. En una crisis severa, las vías respiratorias pueden cerrarse tanto que los órganos vitales no reciben suficiente oxígeno.
SÍNTOMAS:
– Respiración sibilante,
– Falta de aire (polipnea y taquipnea),
– Opresión en el pecho
– Tos improductiva durante la noche o a primera hora de la mañana.
En los períodos asintomáticos la mayoría de los pacientes se sienten bien, pero pueden tener síntomas leves, como permanecer sin aliento tras ejercicio, etc.
Normalmente los síntomas del asma pueden ser controlados con una combinación de remedios espagíricos, homeopatía y cambios ambientales.